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hors

lunes, 15 de marzo de 2010

Y la noche cae sobre mis ojos



Y la noche cae sobre mis ojos
Como un velo de seda negra
La profunda oscuridad,
cubre mi cuerpo y mi rostro
Arrebatando sin compasión
La propia luz de mi alma
El brillo del corazón
El rojo de la sangre que mana…
Ya no hay lágrimas blancas
la ausencia de luz las cambia
Las tiñe de negro puro
Como el negro dolor que siento
cuando el puñal de la noche...
Siega la luz de mis ojos.
De mi corazón, de mi cuerpo
Dejando negra y oscura
toda la luz de mi vida
Y ciego…totalmente ciego
…mi ser,mi alma...
ELLE

2 comentarios:

Yardan dijo...

Hoy vengo a darte la mano y con ella un halo de luz de esperanza para que con un cuento no contado... comiences un nuevo mañana.


un beso

Juan Antonio dijo...

tu poema mi hizo recordar las noches del lugar donde nací, en un lugar solitario, junto al mar donde las noches aún son mágicas. ... qué oscura claridad se abre entre tus columnas? Qué antigua noche el hombre toca con sus sentidos? Ay, amar es un viaje con agua y con estrellas, con aire ahogado y bruscas tempestades de harina: amar es un combate y una ilusión de claridad fluyendo por entre los postigos. Nada más que el ensueño de aquel suave fulgor. Sólo esa fugitiva vislumbre en la ventana. No más. Y en la penumbra, libres al fin, tú y yo…, la frágil claridad se abre como llamándome, como invitándome a su intimidad aterradora y dulce: es una sensación desesperada y sosegada al mismo tiempo…, Me gusta este tipo de poesía porque tiene la belleza de ser bebida por los ojos del alma dentro de la metáfora que estalla en las pupilas... besitos

cr

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